Una invitación al bien estar
Nuestro enfoque es sustractivo. No hay necesidad de agregar salud o bien estar, cuando todo lo que necesitamos es restar (cancelar) el mal estar. En lugar de adoptar la postura de que la enfermedad o male estar (desregulación) son parte de una condición objetiva, sugerimos que es una condición subjetiva (depende del punto de vista del observador). Todas las manifestaciones (incluido el cuerpo físico) están en un estado de flujo, fusionándose y transformándose dentro de sí mismas en relación con otros fenómenos con los que hay interacción (observación o medición). Al sintonizarnos con la seguridad relacional dentro de nuestra propia experiencia, promovemos el proceso natural de tranquilidad que es inherente a nuestra composición biológica.
La mayoría de los enfoques de curación alopáticos y orientados son aditivos y parten de la suposición de que el cuerpo físico es un objeto compuesto de partes discretas, en lugar de un proceso subjetivo y holográfico de totalidad. Sin embargo, la razón (en su principal representante manifiesto, la física) está del lado del enfoque clásico. Este afirma que como seres humanos somos un proceso microcósmico en constante relación omnidireccional con un proceso macrocósmico universal. Agregar cosas a un proceso realmente incomprensible en so totlidad no es razonable, cuando el mero acto de observación puede producir tantos beneficios palpables.
Podemos experimentar esta sustracción ahora, si estamos dispuestos a observar que nuestra experiencia previamente implícita de la existencia física se vuelve explícita para nosotros mismos.
La confianza relacional apoya nuestra inteligencia en la sintonía amorosa con la experiencia física del cuerpo que está aquí, ahora mismo, sentado, respirando, y leyendo estas palabras. A partir de ahí, podría pasar naturalmente a la experiencia del abdomen inferior, el plexo solar y el tórax. Posiblemente entonces nuestra gran inteligencia biológica podría reflexionar sobre sus experiencias del rostro. Allí, nuestra experiencia del mundo se vuelve explícita para nuestro cuerpo personal. Mientras reflexionamos sobre este rostro en este momento y permitimos que el corazón sepa cómo es el rostro, sabemos exactamente cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos y del mundo. Si simplificamos, podríamos decir que la experiencia se está abriendo, cerrando o en algún punto intermedio. Y estamos sabiendo esto explícitamente, con la disposición de actualizar nuestro ser físico -fusionándonos y siendo transformados por el acontecer del momento.
Este saber es bidireccional y sustractivo; hay neuronas aferentes y eferentes que transportan energía e información hacia y desde cada parte del cuerpo, en este caso uniendo la cara con el pecho y la parte inferior del abdomen. El intercambio contínuo, resultante del procesamiento de información sensorial puede denominarse autorregulación. La resta ocurre cuando una experiencia se expande mientras que la otra se contrae: se anulan entre sí. Esto supone que existe una inteligencia observadora (tú) que puede extenderse a diferentes áreas del cuerpo. Esta capacidad de observación se basa en la homeostasis autonómica (la inteligencia que envía las señales de contracción y expansión necesarias para la circulación sanguínea y la respiración en este mismo instante).
Esta forma de curiosidad es simple y eficiente, no se requiere ninguna adición. Puede revelar un nuevo mundo de experiencia, un mundo que está en flujo continuo: abriéndose, cerrándose o entremedio.
Cuando nos reunimos con amigos, intercambiamos mucha información valiosa sobre el ser a un nivel implícito y orgánico. Entramos en contacto con los demás, nos expresamos hacia el exterior y, al mismo tiempo, recopilamos información valiosa de su expresión. La autorregulación exige lo mismo de nosotros, pero de afuera hacia adentro -y de manera explícita-. Sin ella, la corregulación sigue siendo posible, aunque en menor grado. La autorregulación y la corregulación son amigas.
Incluso al mencionar este tema aquí y ahora, podríamos ser conscientes de la tendencia de nuestras experiencias orgánicas.
Razonando de esta manera, la autorregulación puede ser de al menos dos tipos:
Mediado dorsalmente
Mediado ventralmente
Mediado dorsalmente se refiere a un proceso autonómico inferior más estrechamente asociado con funciones centrales de circulación sanguínea, respiración, digestión, secreción hormonal y respuestas inmunitarias.
Mediado ventralmente se refiere a un proceso autonómico superior asociado con atender a las circunstancias ambientales del momento presente del organismo. Una vez que los procesos dorsales están equilibrados y estables, el aspecto ventral del sistema nervioso tiene suficientes recursos para permitirnos participar socialmente con nosotros mismos y con los demás en el entorno del momento presente. El enfoque de Somatic Science™ resulta de la interacción más sinérgica entre el conocimiento y la realidad de la experiencia humana aquí y ahora.
Estudiamos la trayectoria de nuestra experiencia sentida desde estados de regulación mediados dorsalmente hasta estados totalmente mediados vagalmente.
Cuando hay suficiente energía en este canal, tenemos capacidad para una mayor curiosidad y apertura, pasando de un corazón localizado a uno que no tiene centro.
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