El mundo real, el mundo en el que queremos vivir, es el mundo del significado. Sin el, tu, quien es coonsciente de leer esto que yo escribo, no podrías entenderme.
Lo que quiero resaltar es que el mundo del significado va más allá de las cosas, de los objetos. El origen de la palabra significado es un participio del verbo “significar”, que procede del latín “significāre“, compuesto de las raíces “signa”, que implica señal o signo, y “ficāre” o, “facere”, que implica “construir”, “edificar”, hacer”.
En este momento en el que yo soy consciente de mi cuerpo escribiendo, tu eres consciente de tu cuerpo leyendo. Si eres consciente de un objeto (en este caso tu cuerpo) eres consciente también del acto de leer. Más allá, puedes ser consciente del evento de la comprensión.
En este sentido, todos aquellos son objetos. El denominador que aquellos objetos tienen en común eres tu, quinquiera que es consciente de ellos.
¿Puedes entender lo que quiero decir?
El amor es una experiencia impersonal. Si aplicamos las dinámicas arriba descritas no es difícil comprender que, en la ausencia de objetos, todo se vuelve impersonal, imparcial - y al mismo tiempo, es significante en sí mísmo y de sí mísmo.
En español podemos apreciar la diferencia mejor que en otras lenguas. Una relación personal entre amantes suele estar puntuada por la frase ´te quiero´. Cuando la relación es más profunda, se usa además la frase ´te amo´. La segunda es menos usual.
No obstante, queda claro que en el primer caso ´te quiero´, se implica una dinámica entre objetos que se desean. Implícito es el deseo del objeto corporal, e implícito es también que quien utilice esa frase posiblemente no sea consciente de muchos de los objetos internos implícitamente presentes.
En la lengua española existe esta otra frase; ´te amo´, que usualmente denota un cierto nivel de transcendencia en cuanto a la percepción de los objetos.
Esta experiencia llace no en el objeto de la persona o cosa. Llace en el sujeto, en el amante.
Nos lleva más allá al ámbito de lo impersonal y verdaderamente significante.
En aquella construcción, el énfasis está en el sujeto. Quien dice amar, y ama, se percibe como el objeto externo aunque se experimenta simultánemente como el sujeto - quien ama.
Esta frase indica que aquello que se ama está más allá de la percepción de un objeto material deseable. Suele implicar otros aspectos que se valúan en la persona y, que sin embargo, suelen llacer en la dimensión del significado.
Lo que busco con todo esto es allanar los baches hacia la comprensión, en este aquí y ahora, de que la conciencia es real (Como si no lo supieras ya). Tu, quien eres consciente de esto, y sólo tu, puedes saber, saborear y disfrutar de esta realidad.
En esta grabación de un encuentro reciente podrás apreciar esto acerca de lo cual escribo, y mucho más.
Este texto se actualizará en breve con mñas información respecto al vídeo.
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